mayo 11, 2021 4 lectura mínima
Al igual que la inflamación, el azúcar en sangre (glucosa) es un componente de la salud que a menudo se subestima. Nuestro cuerpo convierte los alimentos en glucosa en sangre, la principal fuente de energía para alimentar nuestras vidas y nuestras células. En las personas sin diabetes, si los niveles de glucosa en sangre son demasiado bajos, podemos sentir mareos, hambre, irritación, llanto o palpitaciones. Si el azúcar en sangre es demasiado alto, podemos sentir cansancio, sed, náuseas, dolor de estómago, necesidad de orinar con frecuencia o tener la boca seca.
En personas sanas, el páncreas produce insulina para regular con precisión los niveles de glucosa en sangre. Ya sea que consumas una comida abundante o cinco comidas pequeñas, la insulina ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre. La insulina también permite que la glucosa entre en las células para ser utilizada como energía.
La diabetes afecta la capacidad del cuerpo para producir la insulina necesaria para controlar adecuadamente los niveles de azúcar en sangre y suministrar el combustible necesario a las células.
Tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 se pueden controlar con insulina y pueden beneficiarse de opciones de estilo de vida antiinflamatorias, como una dieta saludable y ejercicio regular.
La diabetes tipo 1, generalmente detectada en niños o adultos jóvenes, es una enfermedad autoinmune. La relación entre la inflamación y la diabetes es más frecuente en el tipo 2, o la variante que aparece en la edad adulta.
Estudios recientes han descubierto que la inflamación crónica influye en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Los factores de riesgo para desarrollar diabetes incluyen el sobrepeso o la obesidad, una dieta poco saludable, un estilo de vida sedentario y el tabaquismo. Los investigadores reconocen que, cuando estos factores de riesgo están presentes, la inflamación crónica es un desencadenante y un mediador principal del desarrollo de la enfermedad .
La inflamación juega un papel crucial en la aparición de la diabetes tipo 2. También impulsa sus complicaciones más devastadoras, incluyendo enfermedades cardíacas, renales y de las encías . Los científicos creían que esta inflamación crónica y sus complicaciones eran causadas por la glucosa, pero están descubriendo que ciertos tipos de grasas podrían ser las culpables. Los pacientes con diabetes a menudo tienen tejido adiposo blanco (grasa extra) alrededor del tronco, la parte superior del cuerpo o el abdomen. La obesidad (un factor de riesgo para la diabetes) se asocia con el exceso de grasa almacenada en y alrededor de los órganos principales. Un microbioma intestinal saludable y un consumo limitado de grasas saturadas y trans pueden ser clave para evitar y controlar la diabetes y la inflamación dañina asociada con ella.
Si has leído las cuatro partes de esta serie, habrás visto que la inflamación influye en la COVID-19 ,el cáncer , la ansiedad y la depresión, y que el CBD colabora con el sistema inmunitario y el sistema nervioso central para ayudar al cuerpo a controlar y combatir estas afecciones. Aun así, ¿cómo puede el CBD beneficiar a las personas con diabetes?
La diabetes es una enfermedad metabólica compleja que afecta a múltiples sistemas del cuerpo, y la investigación sobre el CBD y la diabetes aún se encuentra en sus primeras etapas. Los estudios demuestran que el CBD puede contribuir a la prevención de la enfermedad y al control de los síntomas en pacientes con diabetes tipo 2.
Un estudio preclínico reveló que el CBD redujo la probabilidad de que ratones no obesos desarrollaran diabetes en más de un 50 % en comparación con el grupo de control. Los investigadores observaron que el CBD inhibe y retrasa la enfermedad pancreática y reduce los marcadores inflamatorios.
Múltiples estudios han demostrado que el CBD reduce la inflamación crónica asociada a diversas afecciones. Un estudio que analizó específicamente la inflamación provocada por niveles altos de glucosa descubrió que el CBD tenía efectos positivos en varios marcadores de inflamación. Los resultados también indicaron que el CBD podría ayudar a mitigar el daño que la diabetes puede causar a los vasos sanguíneos.
Un efecto secundario en algunos pacientes es la neuropatía diabética. El daño al sistema nervioso puede causar entumecimiento o dolor, especialmente en pies y piernas, aunque a veces también en el sistema digestivo, las vías urinarias o el corazón.
Un estudio preclínico de 2017 descubrió que el CBD redujo la inflamación y el dolor nervioso asociado con la osteoartritis .
Un estudio de 2012 demostró la eficacia del CBD para suprimir la inflamación crónica y el dolor neuropático . Otro estudio realizado el mismo año mostró resultados similares al combinar CBD con THC.
Algunos pacientes han reportado éxito con el uso de CBD para equilibrar sus niveles de glucosa en sangre . Si bien algunos estudios demuestran que el CBD puede ayudar al cuerpo a utilizar la insulina de forma más eficaz, estos resultados aún no han sido verificados por investigaciones .
Los científicos están descubriendo que la inflamación crónica es un componente o un factor determinante de muchas de las enfermedades comunes y mortales actuales. En esta serie, cubrimos cuatro de ellas, pero la lista real de complicaciones asociadas con la inflamación crónica es mucho más extensa e incluye enfermedades cardíacas , artritis reumatoide, lupus, hígado graso y trastornos digestivos como la enfermedad de Crohn.
El estilo de vida juega un papel crucial en el control de la inflamación y en la prevención de sus complicaciones. Una dieta equilibrada de alimentos integrales, combinada con abundante agua, sueño reparador y ejercicio, quizá no nos mantenga vivos para siempre, pero sí mejorará nuestra calidad de vida mientras estemos aquí.
Los efectos antiinflamatorios y equilibrantes naturales, generalizados y sistémicos del CBD ayudan a nuestro cerebro, sistema inmunitario y sistema nervioso central a encontrar y mantener el equilibrio. Con la creciente evidencia de la potencia y eficacia del CBD en diversas afecciones, el CBD es un complemento beneficioso para un estilo de vida saludable.
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